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sábado, 28 de enero de 2017

El coro

   En la red hay un película titulada "El coro" con Dustin Hoffman que es de mis actores preferidos, en ella se muestra la disciplina que llevan niños que son admitidos en una de las instituciones de prestigio  dedicada al canto, por supuesto que es indispensable tener una magnifica voz y estudiar música , someterse a rigurosas  normas que les hacen no solo comportarse de la forma que consideran conveniente quienes administran y enseñan en la institución, tomando en consideración no el bien estar de los niños, sino el prestigio y las conveniencias para dicha institución. 

   Lo que me llamó la atención fueron los comentarios de los espectadores, la mayoría felicitando a los niños por su magnifica voz, alabando la producción como una magnifica muestra de arte y exposición de lo que se logra con una férrea disciplina. 

Me imagino que estas personas nunca estuvieron en un internado donde la carencia de ternura, de amor y de libertad hacen de los niños seres obedientes, no por respeto, sino por miedo a los castigos o a perder la oportunidad de permanecer en un sitio que por lo menos les garantiza  comida y abrigo, que los libra de, como en el caso del protagonista principal de está película, exponerlos a vagar por las calles desamparados. 
    Les puedo decir por experiencia propia que esas instituciones no son el mejor lugar para el desarrollo humano, la continua lucha y competencia forman un carácter agresivo o incluso depresivo, como sucede con niños débiles que son abusados de muchas formas por sus compañeros mas fuertes.  Un niño en esas condiciones esta abandonado a sus propias facultades, se defiende con sus propios recursos, incluso valiéndose de actitudes y acciones que rayan en el delito, que denigran y minan su sentido de humanidad, su respeto a los maestros, compañeros y a la institución.
Afortunadamente no permanecí ahí mucho tiempo, pero he encontrado a lo largo de los años a varios de esos compañeros del internado convertidos en seres amargados, adictos, malvados e incluso verdaderos delincuentes disfrazados de servidores públicos, intelectuales o comerciantes.  Aun cuando muchos alcanzaron puestos relevantes o terminaron una carrera, pusieron un negocio, sus vidas están marcadas por la falta de amor y libertad.
Puedo asegurar que son minoría los que lograron superar esas experiencias y viven una vida honrosa y feliz, son los afortunados que encontraron en el camino gente que les demostró que la vida tienen otros matices mas brillantes y les apoyo para salir adelante. 

    Ciertamente no podemos hacer gran cosa, hay millones de niños en el mundo huérfanos de padre y madre, que tienen que estar en esos sitios, pero no lo veamos como algo que bueno que no se puede mejorar, debemos formar grupos voluntarios que hagan labor humanitaria con esos niños y niñas, que les muestren que el mundo les puede dar algo mas que pan y abrigo, disciplina o educación técnica, artística, científica; ofreciéndoles   un ambiente de ternura, libertad con responsabilidad y amor. 

    Para quienes tienen un don especial, es menester que lo desarrollen con una orientación profesional adecuada, pero siempre cuidando el aspecto humano, un ser que es sometido únicamente a disciplinas rígidas sin la posibilidad de que se desarrollen sus sentimientos y relaciones de amistad y cariño con ambos sexos, esta condenado a una vida de amargura. 
Las experiencias de nuestra infancia marcan de manera determinante nuestro carácter, un niño feliz será un adulto que actuara con mucho mejor criterio. 

  Para quien se interese en ver la película les dejo el enlace a continuación . 
El coro

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