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miércoles, 30 de noviembre de 2016

Quien tiene la razón?

Un pequeño presenció la discusión entre sus padres y no comprendió el motivo, porque ambos deseaban lo mejor, pero cada uno intentaba imponer su criterio. Esto sucede con frecuencia entre las personas y aún entre naciones enteras, dando origen a serios conflictos.

Ampliemos el ejemplo :

    El agente de tránsito en su puestos designado intenta guiar a los conductores de la mejor forma , se enfrenta con cientos de criterios distintos, recibe críticas e insultos por no hacer lo que algunos piensan es lo adecuado para facilitar la circulación, pero el sabe que entre mas pesado el trafico mayores serán los conflictos, que se tiene que poner orden, guiar según le han capacitado, recibió una educación para ello y sigue los lineamientos, pero es rebasado por una ola que va creciendo conforme se acercan las horas pico hasta que llega el momento es que el caos vial le obliga a pedir refuerzos sin que eso sea la solución, ya son demasiados vehículos y las avenidas no pueden desalojarlos eficientemente , cada conductor quiere llegar a su destino, es una lucha por espacio contra el tiempo, la velocidad no es solución cuando no se puede circular, ni tampoco lo es insultar a los otros conductores o agredirlos de alguna manera, pero su comportamiento obedece a circunstancias críticas, su desesperación se dispara sin control, hay quienes sufren verdaderos ataques de ira o de nervios e incluso tienen que tomar calmantes nerviosos mientras imaginan que van a comprar un motoneta o bicicleta, se cambiaran de ciudad o se pegaran un tiro esa noche, creo que estoy exagerando, pero sabemos que en verdad  se dan serios problemas de conducta y alteraciones mentales tan solo por estar conduciendo en avenidas saturadas, a eso le sumamos las constantes malas noticias que difunden sin descanso los medios de comunicación dejando en claro que los gobernantes son ineptos que no pueden mejorar la economía, el medio ambiente, la seguridad ni  la relación con las suegras, en el caso del niño con el que iniciamos el escrito, ni siquiera la relación entre sus padres.

Parece cómico pero la verdad es siniestra , cruda y nos está afectando a diario porque no hemos aprendido a convivir, después de miles de años de supuesta evolución, el ser humano no es humano, es igual de salvaje que en la prehistoria,  sigue luchando por sobrevivir dentro de medios adversos, la mayor  de las veces alterados por nuestro proceder depredador y desquiciado.

Cuesta trabajo entender que no somos tan inteligentes, que nos estamos llevando entre las patas al planeta entero y que nuestros criterios están equivocados, pero lo más complicado resulta saber quien tiene la razón, tal vez nadie la tiene, al menos eso parece al ver los resultados, hemos intentado varias formas en distintas épocas, en lugares diversos y siempre terminamos en lo mismo, matándonos unos a otros, dando patadas al aire, lamentando el desmadre que hemos armado, perdón por lo de armado.  
Es verdad ! de qué sirven tantos años de estudio y tanto proclamar la sabiduría del ser supremo de este planeta si al final estamos acabando con la vida?  
Es tiempo que tranquilamente hagamos reflexión sobre nuestros intereses y los del vecino, escudriñar en la historia, llegar al fondo de las cosas para caer en cuenta que no es la riqueza o el poder lo que nos hace felices, que la lucha por alcanzar esas cosas no ha puesto en un laberinto del que no encontramos salida y hay que solucionarlo pronto, el dominio del mercado no es la prioridad, estamos terminando con los recursos naturales, la gente está cada vez más alterada, millones se suicidan, otros caen en adicciones y algunos piensan conquistar naciones o controlar al mundo demostrando cuan dementes estamos. 
No todo está perdido , aun queda la gente que vive en comunidades pequeñas sembrando y viviendo de con sencillez, demostrando que no se requiere de viajes, lujos, comodidad, velocidad o casinos para vivir felices. Ocupados en sus labores diarias, sembrando, cuidando de los cultivos, cosechando, ordeñando, haciendo arreglos a sus viviendas, en las tareas diarias del hogar, viven mucho mejor que los poseedores de un departamento en las grandes ciudades, y ni que decir de los que pasan mas de un tercio de su vida en oficinas o fabricas, empleados en tiendas departamentales, casinos y bares. 
El existir de esa gente no está ligada a la televisión o a las exigencias de burócratas que inventan complicaciones para sacar mas impuestos y vivir a costa de los impuestos, son gente trabajadora pero no esclavizada a una máquina, un escritorio o una computadora, están en contacto directo, participan, conviven, mantienen relaciones sanas dentro de un esquema de ayuda mutua, de cooperación constante para vivir en paz con seguridad y armonía.

Les aseguro que ellos tienen mejor calidad de vida y no estoy soñando, lo he experimentado en carne propia, en vivido entre ellos participando en sus actividades, siendo parte de su comunidad, sintiendo el sol y el aire en mi rostro, el aroma de las plantas, admirando lo extenso de los maizales, me bañe en el río o con el agua helada de un pozo, paseando por el llano mientra saboreaba zanahorias recién arrancadas a una tierra que es buena, que nos proporciona todo lo que necesitamos para vivir.

Cierto es que hoy no todos pueden vivir en el campo, no hay suficiente espacio para tantos millones, pero se puede simplificar incluso las actividades y requerimientos en la ciudad, se puede cambiar la perspectiva económica, sobre todo la influencia de los medios de comunicación, enfatizar las buenas noticias, dar posibilidad de recreación sana, dejando de lado las ganancias financieras para cambiarlas por calidad humana, no se requiere de políticos o de militares, lo único es tener la certeza que deseamos lo mejor para nuestros hijos, pero si vamos a discutir delante de ellos igual que los padres del inicio de esta exposición, entonces estamos en serios problemas, porque ,  quien tiene la razón?

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