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miércoles, 16 de julio de 2014

Llegando a la orilla

Como si hubiese nadado durante muchos años en un océano agitado donde se generan las mas espectaculares obras, las mas sanguinarias guerras, las manifestaciones de genios ,de malvados seres que se confunden con entes divinos en las olas y  espuma del tiempo, estoy llegando a la orilla opuesta y siento que he dejado atrás lo mas difícil de la vida.

Nadie ha dicho que la muerte es fácil, no es algo deseado para quien esta en su sano juicio, porque la vida nos regala maravillas, nos sacude en lo mas profundo y nos muestra que hay algo mas grande que el mismo universo dentro de nuestro corazón.   El amor que inspira, el amor que motiva, el que deja la honda huella en el alma y se convierte en llamarada, en luz que ilumina nuestro camino y marca de una forma u otra cual ha de ser nuestro destino.
   
    Dichoso quien ha conocido el amor y lo ha gozado intensamente, el que ha sido amado sintiendo que la vida cobra un brillo inesperado, que todo tiene un sentido sagrado, el cosmos parece pequeño para albergar sus sentimientos.

   navegar en esos mares de pasión sin limites ni restricciones, sintiendo que no existe nada mas importante que el ser amado, haciendo de cada acto un ritual divino para compartirlo, para disfrutarlo marcando un nuevo camino.

Las obras mas grandiosas se han realizado en aras de esos amores que dan al ser humano su verdadero valor, que lo sitúan en un lugar especial dentro del universo, le otorgan un grado supremo cuando es capaz de reflejarlo en sus actos, cuando sublima sus sentimientos y los convierte en grandes proyectos en arte o poesía, en el trabajo continuo que mantiene la vida, en las tareas que sostienen a la humanidad entera.

  Es bueno ver la otra orilla sintiendo que se aprovecho la oportunidad de vivir para sentir profundamente el amor, para conocer la capacidad de crear , dar y recibir.   Llevar la huella ardiente de la antorcha que algunas vez alumbro la senda de las ilusiones, los caminos del deseo, los océanos de placer y los campos de los sueños.

   Es bueno estar al final del viaje percibiendo el mensaje de los que nos aman, de los hijos, amigos, familiares y la pareja que fielmente nos acompaño durante mucho tiempo aun cuando las distancias o los sucesos se interpusieran en la ruta.
   El viaje fue agitado sin duda, las tormentas se pasaron, no fue fácil, pero fue muy interesante y ciertamente divertido, incluso en los momentos de mayor peligro, siempre hubo ese fulgor de amor que se convirtió en fe, en oración, en lucha y tesón para continuar la vida.

enlace a película romance y suspenso

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