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lunes, 2 de septiembre de 2013

Inicio y fin de una historia.

Inicio y fin de una historia.
    Francisco y su esposa nos había preparado una casa en un coto privado que ellos habían construido y promovido a su venta, apartando ese inmueble con la intención de tener un lugar donde pudiéramos sentirnos cómodos.
La principal intención de este viaje a la ciudad era conocer u bautizar a su segundo hijo, la primera era niña encantadora que nombraron María Soledad en recuerdo de su abuela paterna, al nuevo integrante de la familia se nombraron como su abuelo materno, Alejandro, un chiquillo inquieto y muy inteligente que mantenía a todos activos y contentos con sus ocurrencias.
La fiesta estuvo concurrida con familiares, amigos, socios, colaboradores y algunos vecinos, el salón de eventos del coto fue insuficiente y se armaron carpas en el jardín aledaño para acomodar otras mesas y atender a todos los invitados, fue un gran festejo sin duda. No imaginábamos que ahí se estaba marcando el principio de una historia que pondría el principio y el final de toda una era para un pueblo y su gente.

Cuando nos quedamos solos Francisco nos dijo a Luisa y a mi, me da mucho gusto que estén aquí compartiendo con nosotros este momento, no quisiéramos que se fueran pronto, pero sabiendo que son gente que le gusta estar ocupada les tenemos una tarea que espero no se les haga demasiado pesada ni les incomode, deseamos que escriban o narren en grabación todo lo que recuerden de la historia del pueblo y sobre todo lo que fue de la familia, porque seguramente algún día mis hijos han de tener curiosidad por saber de sus orígenes y la verdad yo no tengo mucha información, mi abuela no me platicaba y yo le respetaba su silencio sabedor que le dolería recordar cosas del abuelo a quien tanto amo, lo mismo sucedía con mi madre, ella guardo siempre sus sentimientos y solamente me dio algunos detalles, supe que mi abuelo fue uno de los importantes del La Concepción, que era filántropo e hizo grandes logros para mejorar las condiciones de vida de los habitantes, pero me gustaría tener mas detalles. Aquí no les ha de faltar nada y si algo les incomoda me informan y lo corregimos.  También podrán arreglar el jardín de su casa y mi esposa esta mas que animada de llevarlos a conocer lugares importantes en la ciudad, sabedora que les gustaría conocer los museos de historia ya les tiene preparado un tour por varios.
Por supuesto que accedimos advirtiendo que no era mucho lo que había que contar porque la historia de la familia solo la podíamos contar desde nuestra perspectiva y que tal vez hubiera sido menester hablar con otros del pueblo que ahora se habían ido o desconocíamos sus paraderos.
  Imaginando que lo que mas le importaba era saber como había sido el abuelo nos dimos a iniciar la narración por ese lado, pero es el caso que dio un vuelco extraño lo que pretendíamos cuando le dije a Luisa lo que para mi significaba el pueblo desde que era un muchacho.   Ella no comprendió que yo dijese semejante cosa, porque yo había llegado ya entrado en años y nunca habían tenido referencia de que yo perteneciera a esos contornos.
  Te voy a contar los extraños sucesos que me acontecieron para que yo llegara a tu pueblo. No te alarmes si cuento cosas muy raras ni pienses que estoy perdiendo la cordura, lo que narrare es totalmente cierto y ya veras como tus recuerdos irán complementándose con los míos y tendrás evidencia de que estoy diciendo la verdad.

   Hace casi cincuenta años vivíamos en esta misma ciudad, mi madre conoció a una vecina con la trabo amistad, su nombre era Leonor, esta mujer era oriunda de La Concepción, de ahí de tu pueblo del que contaba maravillas, que era un lugar donde los frutos se daban solos, no era mas que tirar las semillas de cualquier cosa y se tendría cosecha segura, la gente ahí era amigable, viviendo en armonía porque la abundancia permitía la tranquilidad social, no existían rencillas  ni enviadas, se podía vivir en cualquier parte porque sobraban las tierras y las construcciones dejadas por antiguos hacendados que se fueron de esa zona desde tiempos de la revolución se repartían alcanzando para todos.  Cualquier fuereño puede tener una buena casa con parcela para siembra, del llano se recolectan hongos comestibles y de las milpas muchas otras plantas como quelites o habas , en las zanjas de riego acociles , berros, incluso enormes ranas cuyas ancas son deliciosas , total nunca falta el alimento, eso afirmaba con entusiasmo tal que mi madre se fue animando a ir a vivir a ese pueblo fantástico.   Seguramente también estaba presionada por la falta de recursos y un día empaco nuestras pertenencias y con ellas y sus cuatro hijos cargo con rumbo a la Concepción.
  Ya te puedes imaginar la odisea que fue llegar a la estación de camiones, subir en la parrilla las cosas, viajar por carreteras de terracería, porque en ese entonces aun no se construía la autopista ni el ramal carreteras de asfalto que conecta la zona. Como a las cinco de la tarde nos bajaron en la carretera y al igual que me sucedió ahora que regrese, nos encontramos en  medio de los maizales crecidos con la pequeña vereda que conduce al pueblo, arrastrando por tramos nuestras cosas al fin llegamos a la entrada por el lado que tenia la tienda de Don Refugio te has de acordar. La gente nos miro extrañados, fuimos el suceso del año, cuatro güeritos de ojos claros con una señora de pelo castaño y muy blanca de tez que preguntaban por la casa de don Matías Robledo.  Por supuesto que al señor le conocían y se rápidamente alguien se ofreció a llevarnos y también hubo quien nos ayudo a llevar las pertenencias.   Nos dejaron en el estanquillo de don Matí. El señor se espanto de la candidez de mi madre y de las mentiras que nos había contado su hija, lo cual le hizo sentir en cierta manera responsable porque bien conocía que Leonor era muy data a contar historias tan solo para quedar bien ante los otros.  Nos ofreció abrigo, dejándonos quedar en la desván donde guardaba los olotes, ya ves que desde entonces y gracias a los consejos de tu padre se instalaron esas buhardillas para que estuvieran en menos contacto con la tierra lo granos cosechados y materiales que se podían descomponer con la humedad. Tu entonces tendrías uno tres o cuatro años y yo tenia quince, era el hijo mayor y bien pronto me di cuenta que eso no convenía, porque nos dieron responsabilidades de acuerdo a nuestra edad, mi hermano Eduardo a cuidar el ganado, mi hermano Jorge a cuidar puercos, mi hermano menor nada y yo a la milpa con tu padre que en cuanto se entero de nuestra situación se encargo de proporcionar la forma para que subsiste ramos, también no dijo que podíamos ocupar la casa que antes ocupara el esposo de Leonor, porque desde que se fugo con la hija de don Metí jamás había retornado al pueblo.
Luisa abría mas los ojos conforme avanzaba yo en mi relación, no pudo contenerse y me interrumpió al llegar a esta parte.
Yo creo que estas equivocado, los tiempos no concuerdan , en ese caso todos en el pueblo seriamos mas viejos, tu también y ni que decir de que hubieras conocido a mi padre, ¡eso es imposible!
No lo es y te he de decir que yo estuve a su lado el día que compro el semental que mejoro el ganado y recuerdo bien que me dijo: ya veras cuanta leche darán las hijas de este toro.  Era hombre de empresa, visionario, muy trabajador al punto que le decían “Apuradito”, se hizo de buenas tierras, trazo los canales de riego para que hubiera una mejor distribución del agua de temporal y también el dirigió la construcción del estanque grande y la fosa donde colocaron lavaderos aprovechando el manantial que estaba a la salida del pueblo rumbo al llano y donde tuvimos cerca el jacal donde nos conocimos y vivimos felices hasta que falleció tu madre.
Recordaras que don Matías tenia la pagina de un diario enmarcada y colgada en una de las paredes de su tendejón,  es pagina tenia la fecha en que llegamos al pueblo mi familia y yo, por alguna razón el guardo esa fecha, no por las noticias que se imprimieron en la pagina, sino por recordar que habíamos llegado a su casa pidiendo asilo y fue algo que le pareció muy relevante, porque de la noche a la mañana se vio con otra familia, cuatro niños y con su madre que habían llegado a su casa como remplazo de la hija que le había abandonado huyendo de mala forma con un hombre que no enfrento el compromiso de manera formal.
Si recuerdo esa pagina amarillenta donde casi no se podía leer ningún párrafo porque ya estaba demasiado gastada y además parecía que don Matías nunca limpio el vidrio que la cubría. También es cierto que mi madre alguna vez me comento sobre ese apodo que le dieron a mi padre por andar siempre ocupado y de prisa, como si el tiempo jamás le alcanzara para las empresas que tenia en mente. Pero aun siguen sin checar las fechas, no puedes ser tan viejo ni las gentes que mencionas haber vivido tanto.
Eso es algo de lo que tampoco yo comprendo, desde que llegue al pueblo por segunda vez y entre por sus calles me percate de que el tiempo ahí se había detenido, seguían existiendo las mismas cosas y la misma gente, algunas si cambiaron pero no en general, era como si solo se estuviera cubriendo la necesidad de una renovación por los que se habían ido, como en tu caso, tu habías crecido, contraído matrimonio, enviudado y tenias un hijo, pero tu madre parecía la misma, lo mismo que don Refugio, don Matías, la señora Clotilde dueña del molino, quiero decirte y con eso te has de convencer de que digo la verdad, que nosotros ocupamos la casa junto a la de don Refugio después de que nos fue otorgada para cuidarla por tu Tía Enriqueta, que según me dijo tu madre, había fallecido años atrás.
El caso es que un día que andaba acomodando unos adobes para las palomas arriba de la barda, vi como don Refugio sacaba monedas en costalitos y las tiraba sobre un petate, seguramente para airarlas, eso nadie lo sabía mas que tus padres, porque eran los únicos a quien tenia suficiente confianza como para contarles que guardaba ese pequeño tesoro para los tiempos de su vejes. Por esos tiempos llegó al pueblo un sacerdote de nombre Jacinto y era muy estricto, al grado que pidió a la comunidad que destruyera todos los espejos porque eran fuente de vanidad y uno de los objetos que el demonio utilizaba para tentar a la mujer, porque le hacia creer que la belleza física era mejor que la belleza espiritual. No descanso hasta lograr que todos los habitantes locales hubieron comulgado y se comprometieron a bautizar a los hijos que aun no habían sido bautizados.
Cierto, me acuerdo bien del padre Jacinto, nos visitaba cada domingo para oficiar misa y escuchar confesiones, constatar que seguíamos sin espejos, pero creo que lo enviaron a la capital.
Te voy a contar muchas cosas que sucedieron con nuestras vidas en ese tiempo, tu me conociste porque algunas veces ayudaba a limpiar los corrales y a llenar las piletas donde bebía le ganado, que por entonces eran mas de cincuenta vacas pintas las que pertenencia a tu familia. Llegaste a jugar con mi hermano menor, Jesús y también conociste bien a Jorge, porque le hiciste que aprendiera a tomar directamente de la ubre leche, lo cual te hacia mucha gracia. Por supuesto que conociste a Eduardo porque cuidaba de que no se metieran las vacas en las zanjas  y a mi madre, auxiliaba a tu madre algunas ocasiones en aseo de la casa, pero sobre todo porque ellas terminaron siendo buenas amigas y se sentaban por las tardes a bordar mientras platicaban de cosas de mujeres.
¡Juanita era tu madre? No lo puedo creer, mi madre la recordó siempre como una de sus mejores amigas, me contaba cosas de ella y sus hijos, pero es increíble que tu seas su hijo mayor.
Yo creo que la única explicación, aun cuando parece ilógica, es que el tiempo transcurrió mas lento en el pueblo, por lo menos en la evolución de sus habitantes y cuando regrese fue como si también retrocediera en mi tiempo para ajustarlo a lo que eran ustedes y al lugar.  No se como o porque eso sucedió pero lo que he vivido desde entonces y la discrepancia en las fechas es algo que dejó de interesarme porque encontré una oportunidad para vivir plenamente a tu lado, eso es todo lo que necesito saber.
   Creo que jamás podremos explicar semejante cosa, lo mejor es narrar lo que recordamos de una manera que concuerde con fechas, iniciando con mis recuerdos, tal vez incluyendo anécdotas de mi padre que tu recuerdes pero sin hacer mención a que son parte de tus vivencias, sino como una referencia de algo que escuchamos en boca de otros vecinos. Así evitaremos que los nietos se confundan o concluyan que perdimos la razón jajajajaja.  Pero antes dime ¿que fue lo que hizo que abandonaran el pueblo?
Tu padre me animo a seguir estudiando y necesitaba para ello ir a la capital, yo fui primero y cuando tuve un trabajo estable que me garantizaban los ingresos para mantener a la familia, todos nos reunimos nuevamente en la gran ciudad, de donde mas tarde mi madre y hermanos partirían a Estados Unidos buscando mejoras para su vida.  Mi hermano Eduardo ahí termino su carrera de psicología, Jorge adquirió camiones para jalar tráiler que fue su principal actividad durante mucho tiempo y luego cambio a la construcción, rentando maquinaria y realizando algunos proyectos dignos de un verdadero ingeniero. Mi hermano menor cayo victima de las drogas y mi madre hizo realidad su sueño de convertirse en una pintora, muy buena por cierto con oleo, sobre todo para el retrato.
Ya me habías contado algo de ellos pero lo que se me hace increíble es que los conocí y vivieron en la Concepción conviviendo con mis padres y con otras gentes tan cercanas a mi.
No te lo había comentando porque aun no logro entender como sucedió tal suceso, pero el caso es que es cierto y aún cuando nadie me reconoció cuando regresé , me sentí como si retornara a mi sitio, al lugar donde estaba lo mejor de mi vida, por lo visto no me equivoque.
Creo que conforme vayamos narrando la historia de tu familia se irán presentando recuerdos que nos darán mejores referencias para entender lo que sucedió en el pueblo desde su inicio y en su final para que los nietos comprendan que la vida es un constante cambio y que siempre hay que estar preparados para la renovación.
Empezamos a escribir en tarjetas los puntos relevantes para acomodarlos cronológicamente y no perdernos en la historia, pero sabedores de que algunas cosas tendríamos que ocultarlas por ser inverosímiles aun cuando sabíamos que sucedieron y fuimos protagonistas en sucesos que dieron origen al desarrollo de un pueblo, también de su desaparición que sucedió al  ser absorbido por el desarrollo de la región.

Para quien lea esta narración ha de comprender que aun esta sujeta a correcciones, porque la memoria puede hacer jugadas y tal vez iremos recordando detalles y personajes importantes.

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