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domingo, 13 de noviembre de 2011

Oso (respuesta al acertijo)





Eva

    Y conocí a una hermosa mujer de nombre Sofía, que era torturada constantemente por un demonio que la acompañaba.
Le pregunte donde sacaba fuerza para soportarlo. Me miró con sus grandes ojos llenos de tristeza y me dijo: La obtengo del conocimiento de otros seres que tienen sufrimientos mucho mayores. Entonces me condujo a la casa de Efraín y sus demonios, ahí nunca reinaba la paz, la vida era una pesadilla interminable, donde el ruido y el desorden reinaban; pero al hacerle la misma pregunta, me contesto que había cosas peores. Para demostrármelo me guió a la choza de Eva.
Sentí temor de enfrentarme con mayores desgracias y sin traspasar el  umbral, retorne a casa de mis padres.

   Tiempo después conocí a Cristian y su ángel.  La dicha les rodeaba y era un deleite gozar de su compañía. Siempre pasaban al templo por las mañanas y ofrecían sus obras a Dios. Pregunte sí ese era el camino a la santidad; lo negaron moviendo la cabeza y  diciendo, “aun nos falta mucho camino por recorrer”, me llevaron a la residencia de Omar y sus querubines.
Ellos eran el reflejo de la luz, en su morada se respiraba la dicha. Meditaban, oraban y trabajaban buscando nuevas formas de contribuir a la evolución positiva del cosmos; pero me aseguraron  que había alguien con mayores atributos para alcanzar el grado supremo de la iluminación.
   Para mi sorpresa, nuevamente fui conducido hasta la choza de Eva. Esta vez no sentí ningún temor; atravesé el umbral en que la luz y las tinieblas precian fusionares, encontrándome con una habitación vacía, silenciosa, conformada por espejos. En ellos mi imagen se proyectaba en todas direcciones, se reproducía hasta el infinito.

   Regrese a casa de mis padres  sin  comprender el significado de mi visión, los encontré sentados frente a la ventana que da al jardín, hablándose en silencio, con el lenguaje que entienden los que se han enfrentado a las tormentas y las han vencido; o los quienes han logrado su auto aprobación.

   Esa noche dormí sin inquietarme por el deseo de comprender a mis semejantes. No sentí envidia por sus dichas, o pena por sus sufrimientos, porque en mi corazón tenia la certeza de que cada uno tenia su lugar, que el mío era diferente. Entonces no tenía porque sentir envidia por sus dichas o pena por sus desgracias, porque ese era el camino que tenían que recorrer.

   He recordado con frecuencia la visita a la choza de Eva, siempre con la esperanza de descifrar el significado, pero la respuesta permanece ausente, aun cuando la reflexión me ha llevado a conocer nuevos ángulos de mi ser.
Tal vez, en el futuro, pueda entender porque me vi en ese lugar vacío y silencioso, reflejándome hasta el infinito.

En el escrito titulado “ El Hombre Oso”, encontré la respuesta a mi acertijo.

El hombre oso

   Un armatoste humano con apariencia de oso, sucio, maloliente, con el pelo de cabeza y barba crecido y enmarañado apareció en la avenida como si esta le perteneciera. Se acerco a la parada del autobús extendiendo la mano y gruñendo; el acto dio resultado, algunas personas le ofrecieron monedas con el propósito de librarse rápidamente de su presencia.  El hombree oso aceptó el intento de soborno, pero no se alejó, por el contrario, hizo por acomodarse en la banca, consiguiendo que tres individuos le cedieran el lugar.

   Dejó caer pesadamente su humanidad al mismo tiempo que resoplaba y extendió sus
brazos por el respaldo, probablemente le sorprendió que no me moviera.
   Sin mirarme preguntó, ¿a donde te diriges?, hubiera deseado que la tierra se lo tragara y no tener que hacer el ridículo ante el auditorio que nos miraba con desconfianza; pero no podía evadirle, era el único imbécil que había quedado al alcance.
   A la universidad, conteste con sequedad.
  El hombre oso dejó de lado la pronunciación pastosa que le hacia aparecer como un ebrio y dijo fuerte y claro: de modo que eres de los que se dejan guiar por los que se engañan a si mismos pretendiendo que  son poseedores de la sabiduría.   Es una mala forma de iniciarse en el estúpido e infinito proceso de la descomposición mental. Nuestra especie lleva más de un millón de años sin entender que es, cual es su misión, o a donde se dirige. Pero hay quienes se niegan a aceptar su ignorancia.

   No respondí, tenia la esperanza que mi silencio le haría notar mi falta de disposición para dialogar con él. Pareció perderse en sus reflexiones durante unos instantes y luego, cuando creí que se retiraría, dejó salir una especie de gruñido antes de decir:
  Tal vez ere de los que creen que algún día defecaran oro explotando al prójimo por medio del conocimiento... en ese caso me puedes ignorar; pero si pretendes aprender, entonces seguirás con atención mis palabras, porque siempre hay algo de verdad en las mentiras, algo de interés en las necedades.

  Esta  vez la pausa fue breve y continuo! El conocimiento debe ser buscado por quienes aceptan incondicionalmente su ignorancia!  ! Quienes se ufanen de ser inteligentes quedan descontados, porque tal afirmación demuestra su pendejez suprema!

   Interiormente me burle de sus palabras, el hombre simio era capas de reflexionar y se atrevía a enlazar pensamientos y concluir con sentencias filosóficas!
   Decidí seguirle el juego y pregunte en tono burlón:
Entonces, según usted, lo mejor es permanecer en la ignorancia?
Su respuesta fue inmediata:
Para mi estaría perfecto, me pasarían inadvertidas tantas chingaderas que se cometen a diario. Desgraciadamente es difícil alcanzar el grado de pendejez necesario para no ser afectado por las demostraciones, siempre nuevas, que hacen nuestros semejantes en su continuo accionar negativo sobre  este mundo. Tal vez pueda llegar a ser un loco, lo cual tampoco es fácil. Algunos genios lo han  conseguido, otros se han acercado a esa tenue línea que divide los límites entre los cuerdos y los chiflados.
   Para ello tuvieron que trabajar arduamente, esmerarse al límite, ayunar, auxiliarse de la meditación, hasta conseguir esa metamorfosis que hace posible que te conviertas en dios o en insignificante partícula.

   El autobús se detuvo, la gente subió, pero yo me quede ahí plantado, queriendo demostrar que no era de los que pretendían joder al prójimo, que deseaba entender, aunque fuera solo mi propia ignorancia.

   El hombre se percató de ello y continúo su exposición.
   Ellos buscaron reducir el universo a la nada y después reconstruirlo a capricho, partieron de lo conocido a lo desconocido, hasta lograr que lo absurdo adquiriera una representación que la negación se




se hiciera objetiva y se confirmara a si misma como una afirmación.

Buscaron al superhombre, al infrahombre, fusionaron ideas, las comprimieron y crearon una energía explosiva que alcanzaba a todos los rincones del universo, porque sus fórmulas mentales y espirituales eran algo que nunca antes  nadie se había atrevido a plantear.

   Establecieron un conflicto interno, un caos ideológico, un cosmos sin referencias de significación, dejando desnudo aquello que percibimos defectuosamente envuelto en las apariencias.
 Dieron un nuevo sentido al lenguaje y a la expresión, reacomodando los símbolos para sacar luz de la oscuridad, de la ignorancia su propia iluminación.
   El hombre se hundió en sus reflexiones, enmudeciendo y dejándome en la duda de que ahí hubiera concluido, pero  después de un minuto dijo: El ser solo se manifiesta por la acción. Sus pensamientos no tienen valor sin una demostración práctica, sin la difusión que permita conocer su fuerza ante el obstáculo, a crítica, la oposición. Siendo su confirmación, el fin de su propio ser; lo que le impide tomar conciencia de ello. ¿Entiendes?
   No esperaba tal interrogación, así que me tomo unos segundos acomodar mis ideas antes de atreverme a decir:
   Quieres decir que la conclusión de su obra llega al mismo tiempo que su muerte, incapacitándolo para comprender las consecuencias de sus actos?

   El maestro me miró con sus profundos ojos negros y advertí que aprobaba mi reflexión.  Estiro las piernas, cruzo los brazos  y mirando al cielo dijo:
   No hay nada de grandioso en descubrir que, de las únicas cosas que podemos estar seguros son, nuestro nacimiento y nuestra muerte.
Decir murió, equivale a decir vivió; de la misma manera que decir vive, nos lleva a concluir que morirá; pero descubrir y modificar nuestra naturaleza en ese lapso intermedio que existe entre el inicio y el final es lo que nos sublima, nos transforma de simples gusanos en seres divinos, logrando que lo obsceno sea virtuoso, elevando a quienes logran tan difícil objetivo, en seres dignos de este cosmos.

   Aprovechando la pausa, con ánimos de lastimarlo, le inquirí: ¿Es digno  ser un mendigo?
El respondió con otra pregunta, ¿Es digno matar a los hermanos para acumular riquezas?, y añadió, ¿es digno permitir que la explotación te arrolle, aceptar las injusticias, la humillación por dinero, o corromperse para acumular tesoros?
   La mayoría nos prostituimos, algunos por unas cuantas monedas, otros por grandes sumas, pero en ninguno de los casos podemos calificar nuestro proceder de digno.

Entonces que es digno?, le interrogue, el maestro suspiro, tomo su tiempo y contesto:
Romper el circulo de lo que parece  normal, penetra en la anormalidad, descubrir que la certidumbre es duda transformada por temor a la existencia; que la unidad es desintegración, que existen expresiones en el silencio, formas en la nada, acciones que te pueden proyectar a otra dimensión, en donde la energía proviene del espíritu, el espíritu lo es todo  y tu estas contenido y conteniendo  lo que denominamos fe.

  Me sentí animado a contradecirle y mantener el nivel de su atención, entonces dije:
Lo que estas diciendo no tiene sentido, es como afirmar que uno es todo y al mismo tiempo no es nada, lo cual me parece una contradictorio y falto de lógica.

   Ciertamente, además es una negación, porque en la disolución de la  esencia se encuentra la posibilidad de crear algo nuevo. Libera lo efímero y le otorga la cualidad de inmortal, para contradecir a la existencia como proceso de nacer y morir.
Aproxima el todo a la nada, para cerrar el círculo y no permitir que escape ninguna otra posibilidad...  si logras entenderlo tendrás la oportunidad de convertirte en un loco respetable.





   Enmudecimos, buscando otros argumentos para extendernos en las reflexiones, fue entonces cuando se me ocurrió plantearle el acertijo de la choza de Eva, esa visión que recordaba y que estaba seguro que algún significado tenía.
   Me escucho atentamente, cuando termine me lanzo una mirada burlona y me dijo:
Nunca me han gustado los exámenes, estoy seguro de mi ignorancia y no me apena  reconocerlo, pero esa vez creo que haré un esfuerzo para intentar ayudarte a solucionarlo.
  
   Eva es la madre de todos nosotros según la Biblia, tu reflejo parece corresponder a  la imagen de todos los hombres que han repetido los mismos errores a través de la historia, se repite al infinito manteniéndose entre el bien y el mal, esto es, teniendo la posibilidad de transitar entre lo positivo y lo negativo, pero también, esa proyección al infinito también puede significarse que estas hecho a imagen de Dios.

   Debe haber notado la sorpresa en mi rostro, tal vez tenia la boca abierta y decidió dejarme así de pasmado, se levanto y se fue caminando por la banqueta, extendiendo la mano y cobrando el derecho de vía.
   El hombre resulto ser un verdadero filósofo, un personaje que me impresiono a tal grado que he decidido comprender lo incomprensible y alcanzar, algún día, el honorable titulo de loco.
                                                          Juan Antonio Saucedo Pimentel
---------l-------------------------------------------------------------Fin

































  

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